Trump: Estoy dispuesto hablar con Maduro, pero

 

Trump no descarta enviar tropas a Venezuela

El presidente Trump dijo que estaba abierto a hablar con el presidente Nicolás Maduro, pero que Estados Unidos tiene que “ocuparse de Venezuela” mientras construye una fuerza militar en el Caribe.

El presidente Trump sentado en un gran escritorio con seis miembros de su equipo de pie detrás de él. Sobre su cabeza hay un par de grandes micrófonos
El presidente Trump en el Despacho Oval el lunes. El mes pasado, Trump suspendió los esfuerzos para alcanzar un acuerdo diplomático con Venezuela, pero el presidente ha planteado la posibilidad de renovar el compromiso.

El presidente Donald Trump dijo el lunes que no descartaba desplegar soldados estadounidenses en el terreno en Venezuela, pero también dejó abierta la posibilidad de hablar con Nicolás Maduro, el líder autoritario del país y objetivo de la campaña de presión cada vez más intensa de su gobierno.

“No descarto nada”, dijo el presidente a los periodistas en el Despacho Oval. “Solo tenemos que ocuparnos de Venezuela”.

Pero sus declaraciones, en las que se daba un margen considerable sobre cómo proceder, subrayaron lo vago que ha sido el presidente en público respecto de sus intenciones de emprender una acción militar y de cuáles son sus objetivos inmediatos.

Durante meses, Estados Unidos ha incrementado su presencia militar en el Caribe, y el gobierno ha dicho que la campaña militar tiene como objetivo principal detener el flujo de drogas en la región.

Estados Unidos ha lanzado —hasta donde se sabe— 21 ataques contra barcos a los que acusa de contrabando de drogas, en los que han muerto al menos 83 personas, pero el gobierno aún no ha detallado pruebas de que los barcos traficaran con drogas.

En privado, Trump ha hablado con sus ayudantes sobre las enormes reservas de petróleo de Venezuela, las mayores del mundo, y algunos de sus principales ayudantes se han enfocado en destituir a Maduro. Estados Unidos y sus aliados no reconocen a Maduro como líder legítimo de Venezuela tras las elecciones del año pasado.

“No me encanta la gente que dirige Venezuela”, dijo Trump.

El mes pasado, Trump suspendió los esfuerzos para alcanzar un acuerdo diplomático con Venezuela. Sin embargo, durante dos días consecutivos ha planteado la posibilidad de que aún pueda hablar con Maduro, aunque no estaba claro qué contacto podría haber habido entre ambos gobiernos ni hasta qué punto Trump se toma en serio la negociación de un acuerdo que evite la decisión de emprender nuevas acciones militares.

“Es posible que mantengamos algunas conversaciones con Maduro, y ya veremos cómo resulta”, dijo el domingo por la noche al partir de West Palm Beach, Florida. Añadió que a Venezuela le “gustaría hablar”, pero no quiso dar más detalles sobre lo que quería decir.Un hombre con camisa a cuadros blancos y rojos hablando frente a un micrófono con el índice levantado

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hablando en Caracas el sábado. 

“¿Qué significa eso? Dímelo tú, yo no lo sé”, dijo Trump. Cuando un periodista le preguntó si estaba interesado en negociar, se encogió de hombros. “Hablo con cualquiera”, dijo. “Hablo contigo”.

El USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y avanzado del país, llegó el domingo al mar Caribe, ampliando la capacidad del ejército estadounidense para llevar a cabo posibles ataques y otras agresiones en suelo venezolano. El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció el mismo día que el Departamento de Estado designaría a un grupo venezolano, el Cartel de los soles, como organización terrorista extranjera y dijo que el grupo está “dirigido por” Maduro. La designación restringiría las transacciones financieras del grupo o de cualquier persona asociada a él.

Esta serie de acciones se produce tras dos reuniones que celebró Trump en la Sala de Situación la semana pasada, en las que habló con altos asesores militares para revisar las opciones, incluidas el uso de fuerzas de Operaciones Especiales y la acción directa dentro de Venezuela. Poco después de la reunión del jueves, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, publicó en las redes sociales que la misión en el Caribe ahora tenía un nombre: “Lanza del Sur”. Describió su objetivo de forma amplia, afirmando que la operación “elimina a los narcoterroristas de nuestro hemisferio”.

Con la llegada del Ford y de los tres destructores de la Armada que lo acompañan, hay ahora 15.000 soldados en la región, más que en ningún otro momento en décadas.

Los ataques de las fuerzas estadounidenses a los barcos en el Caribe y el Pacífico oriental han suscitado las críticas de diversos expertos en las leyes que rigen el uso de las fuerzas armadas. Afirman que el ejército estadounidense no puede atacar intencionalmente a civiles que no representan una amenaza de violencia inminente, aunque sean sospechosos de cometer delitos.

El gobierno afirma que los ataques son legales porque Trump ha determinado que Estados Unidos se encuentra en un conflicto armado con los cárteles de la droga y que, por tanto, cualquier persona a bordo de los barcos es un combatiente.

El lunes, en la Casa Blanca, Trump sugirió que estaba dispuesto a emprender ataques militares en México, una de las principales fuentes de las drogas que llegan a Estados Unidos.

“¿Lanzaría ataques en México para detener las drogas? Me parece bien”, dijo. “Lo que tengamos que hacer para detener las drogas”.

Tyler Pager es corresponsal del Times en la Casa Blanca y reporta sobre el presidente Donald Trump y su gobierno.

 

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