
Segundo cargamento con ayudas desde Venezuela hacia Cuba
Un cargamento de ayuda humanitaria con más de cinco mil toneladas de alimentos, medicinas, enseres y juguetes partió desde Venezuela con rumbo al oriente de Cuba, para apoyar a los damnificados por el huracán Melissa.
La embarcación, que zarpó desde el puerto internacional de La Guaira, en el estado homónimo (norte), transporta 102 contenedores enviados por el presidente Nicolás Maduro a través del Banco del ALBA. Así lo informó, a través de Telegram, el viceministro de la Cancillería para América Latina, Rander Peña, quien estuvo acompañado durante la salida del barco, por el embajador cubano en Caracas, Jorge Luis Mayo.
Además de la ayuda dentro del barco, Peña anunció también el envío de una brigada de trabajadores eléctricos con el objetivo de contribuir a resarcir los daños provocados por el fenómeno meteorológico. El huracán Melissa impactó con categoría tres en la escala Saffir-Simpson las provincias orientales de Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas y Guantánamo.
Este constituye el segundo embarque con ayudas desde la República Bolivariana hacia Cuba, luego de que el pasado 30 de octubre el Gobierno de Venezuela enviara 46 toneladas de suministros a Cuba y Jamaica tras la devastación causada por el huracán. En declaraciones al canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), el canciller Yván Gil señaló que de ese total, 26 toneladas fueron enviadas a Cuba y 20 a Jamaica, en vuelos de la aerolínea estatal Conviasa. Gil explicó que en ese cargamento había alimentos e insumos médicos y de infraestructura.
- Consulte además: Desde la tierra de Gandhi, la esperanza
- Consulte además: Solidaridad con Cuba se fortalece tras el huracán Melissa (+Fotos)
- Consulte además: Cruz Roja internacional envía ayudas a región oriental de Cuba
Un donativo de la República Popular China de gran impacto para el contexto socioeconómico y electroenergético de nuestro país fue entregado este lunes de manera oficial, en un acto celebrado en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.Se trata de 5 000 sistemas fotovoltaicos donados por el gigante asiático y que serán destinados a las zonas rurales. Gracias a la gestión de la Agencia de Cooperación y Desarrollo Internacional de China se hizo viable en apenas cuatro meses que los equipos de generación eléctrica de capacidad de 2 000 kilovatios llegaran a puerto cubano.
En la ceremonia de entrega a la que asistieron Argelio Abad Vigoa, viceministro de Energía y Minas, y Déborah Rivas, viceministra de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, respectivamente, el embajador de China en la Mayor de las Antillas, Hua Xin, ponderó la pertinencia del donativo.
Según explicó el diplomático en el acto, resulta vital para la perspectiva de desarrollo de la Isla un cambio en su matriz energética. Así, garantizando el acceso universal a la electricidad mediante el empleo de energías renovables, el Gobierno cubano consolida sus compromisos con las principales agencias internacionales que trabajan bajo las pautas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En el ámbito de la celebración por los 65 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Beijing y La Habana, los vínculos bilaterales entre ambos Estados se siguen profundizando en épocas recientes, y continúa expandiéndose en ámbitos como la generación eléctrica, las comunicaciones, la producción agrícola e industrial, las finanzas y el intercambio académico y cultural.
Más que un impacto puntual en los territorios beneficiarios del donativo, la acción solidaria del Gobierno chino es un espaldarazo de excelencia en la tarea asumida por la sociedad cubana para generar el desarrollo local, la soberanía energética y el respeto al medio ambiente.
-
Solidaridad
La solidaridad tiene muchas expresiones y bien lo sabemos los cubanos, una vez más volcados de disímiles formas hacia la ayuda de quienes al este del archipiélago necesitan la palmada en el hombro, la palabra, el gesto o el abrazo que evidencien “estoy contigo”.

Ilustración: Martirena Es una atenuante frente a tanto dolor de quienes han perdido en un santiamén lo trabajado y comprado durante años. Cómo dejar de estremecerse con las imágenes que proliferan en las redes digitales, en los medios de comunicación y los testimonios, solo superados por las innumerables muestras de fraternidad, tangibles o no, y que cuando se materializan aportan un sello particular.
Épicas han sido las operaciones de salvamento. Colosal la preparación y respuesta del Sistema de la Defensa Civil a todos los niveles. Mi reverencia para esas mujeres que, todavía vestidas de verde, hacen honor a su estirpe de Marianas.
Por estos días se dice, se oye, se comprueba que compartimos lo que tenemos y no lo que nos sobra. Allí donde Melissa se ensañó primero llegaron avituallamientos traídos por los vecinos más cercanos a casas y albergues para suplir la ropa mojada por las lluvias y las crecidas de los ríos. Ahora, poco a poco, en cajas y en cuanto envoltorio es dable van arribando a las provincias orientales los suministros de todo tipo provenientes desde occidente y centro; donde hasta los niños tienen su cuota de altruismo al entregar parte de sus juguetes preferidos.
Cada quien aporta lo que puede y no son pocos los trabajadores que han comprado artículos de primera necesidad para conformar la valija colectiva.
La solidaridad viaja por carretera. No por habitual deja de emocionar la sempiterna avanzada en las tareas de recuperación, compuesta por las brigadas de los sectores eléctrico y de las comunicaciones, sin fecha de retorno a sus hogares, a los que volverán con la misión cumplida y otra rayita de orgullo cubano.
La solidaridad también viaja por mar y por aire. Tiene apellido: internacional. Y un solo fin. Porque esa hermandad generada por un desastre siempre suma y hace que la cooperación borre fronteras, las que tampoco hemos tenido con el mundo. Por eso cuando todavía se cuantifican daños a las familias y a la economía, el sol calienta como solo sabe hacerlo en el oriente de Cuba para que florezca un fenómeno que se multiplica y rezuma esperanza, amor y fe.
Un donativo de la República Popular China de gran impacto para el contexto socioeconómico y electroenergético de nuestro país fue entregado este lunes de manera oficial, en un acto celebrado en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.Se trata de 5 000 sistemas fotovoltaicos donados por el gigante asiático y que serán destinados a las zonas rurales. Gracias a la gestión de la Agencia de Cooperación y Desarrollo Internacional de China se hizo viable en apenas cuatro meses que los equipos de generación eléctrica de capacidad de 2 000 kilovatios llegaran a puerto cubano.









