Traducido desde el más alla por Max Lesnik
El viejo refrán´ que dice : “Quien le pone el cascabel al gato”, refiriéndose a los ratones dominados por el terror que les inspira las afiladas garras de odios felinos, merece comparación con el temor incierto que padecen los propios gobiernos aliados de Estados Unidos cuando el poderoso vecino del norte tiene en la Casa Blanca a un Presidente como Donald Trump.
Enfrentamientos con China y con Rusia, por razones económicas y geopolíticas con estas superpotencias globales que compiten en el escenario mundial por supremacías hegemónicas, es algo que se tiene como normal a través de los últimos años desde que terminó la “Guerra Fría”. Pero de confrontar a los adversarios a enfilar las baterías contra los gobiernos tradicionalmente amigos y aliados de Estados Unidos es algo muy distinto, puesto que ello aparte de inesperado, debilita la capacidad de acción de Washington en su competencia con sus rivales chinos y rusos.
El Presidente Trump tiene abiertos muchos frentes al mismo tiempo puesto que con sus “Tuits” de madrugada lo mismo dispara amenazas de guerra contra Venezuela que extiende sus ataques a Cuba y Nicaragua a la par que debilita la estrecha relación con la Unión Europea o vira sus cañones “vervorreicos” contra el mundo musulmán, al darle todo su apoyo total al Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu en momentos cruciales en que este enfrenta unas elecciones en su país, que de perderlas, cambiaría en gran medida la ecuación estratégica del Medio Oriente..
En fin, que si bien para los considerados como adversarios de Estados Unidos el Presidente Donald Trump es hombre peligroso de enfrentar, para los tradicionales amigos del coloso del norte tampoco el impredecible inquilino de la Casa Blanca es alguien en quien se puede confiar como aliado fiel.
Si para los propios “ratones” de su entorno Donald Trump es algo así como un peligroso gato con rabia, habría que preguntarse : ¿Cuál ratón le pone el cascabel al gato? Ahí se las dejo y los pongo a pensar.
Y hasta la próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría, Bambarambay.