Punto Final. (Parte 3)
A la reconciliación y el perdón habría que agregarle la comprensión que impone estos momentos históricos y llevarnos a reflexionar que nuestro momento cumbre ya pasó y con su historia de innegables acciones dignas por triunfos obtenidos en estos medios hostiles y que a los que nos queda el hecho de continuar nuestras vidas de emigrados, no tenemos de otra que moderar y adaptar nuestros perfiles de actuación acorde a lo actual. Claro que esto no quiere decir que nos entregaremos ciegamente a los dictados de un imperio que está por verse aún sus verdaderas intenciones con el pueblo y gobierno cubanos en el futuro. Pero al menos ignorar a los provocadores de siempre es una manera de silenciarlos en contra a nosotros y a Cuba.
No creemos, la mayoría, que haya una pizca de mala fe en las decisiones del presidente de E.U.A. Barack Obama en sus acercamientos con el General Raúl Castro en Cuba. Ambos han decidido por ambos pueblos considerando lo mejor para cada cual y esto es apoyado por nuestra inmensa mayoría de los dos lados, aunque con cierta duda por parte algunos de ambos bandos todavía también.
Creo finalmente que ya va siendo hora de que dejemos de desayunarnos a un terrorista batistiano todos los días en el local de La Alianza Martiana y que la contra parte deje de hacer lo mismo con almorzarse en el Versailles de Calle Ocho, a un elemento de izquierda de los nuestros y en nuestra área tampoco.
Creo que por algún lugar debe empezar y desearía que fuera por el nuestro, moderando nuestra intransigencia revolucionaria, sin doblegar principios y conversar sobre un futuro mejor para todo en ambas orillas y no de entregas al nuevo capitalismo feroz que nos puede estar acechando, como asegurara recientemente un querido cantautor cubano desde la Habana, cosa que a estas alturas, no obstante, perece ilusorio. El pueblo cubano es educado y profesionalmente activo para dejarse embaucar de esa manera nuevamente.
Nuestro espacio diario radio-miami.org y la revista Réplica como puede comprobarse en los nuevos comentarios actuales de nuevo perfil, son una prueba de ello. Nada se parece a la Cuba de antes, ni sus cubanos que son los llamados a mejorarla y actualizar su socialismo. Allá los otros si no lo entienden así y continúan con sus permanentes ataques, ya llegará el momento, cuando centenares de millares establezcan un puente aéreo y marítimo, para ambas partes y se pueda viajar como visitante turista visita familiar o de negocio, sin que algo lo impida racionalmente. Somos hermanos entre las dos naciones y lo mismo atraería venir a comerse un hamberguer yanqui con una Coca Cola, en una cafetería de Miami, que disfrutar de un pan con lechón verdaderamente criollo con un guarapo o un mojito, en un paladar habanero.
De todas formas y para finalizar, no se podrá olvidar jamás que Miami jugó un papel importante en esta reconciliación pero no debemos ni podemos sentarnos en un trono a que se nos reconozca ese esfuerzo por precisamente haberlo realizado muy legítimamente y con el amor a la patria desde este lado del mar y con la modestia que nos caracterizaba siempre.
Reconciliación y perdón, serían unas buenas palabras de orden. Sin olvidar por supuesto la justicia con ellas.
Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.
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