Obama, audacia y esperanza
Por estos días finales de julio de 2015 Obama visitó Kenia, la tierra de sus ancestros, y en coincidencia tengo en mis manos un libro que bien pudiera ser de cabecera para el pueblo norteamericano, «La Audacia de la Esperanza», más que un libro, un legado escrito por el Presidente Barak Obama, y una obra que debería incluirse en el sistema educacional de Estados Unidos, por sus aportes a los valores humanos a la familia y a la manera de de gobernar.
Desde la dedicatoria el autor comienza a cautivar cuando se refiere a las mujeres que lo criaron: su abuela, TUTU y su mamá. A la primera la identifica como la roca de estabilidad de toda su vida y a su progenitora, el espíritu cariñoso que lo sustenta.
En la página 296 del libro, Barack Obama, escribe una idea que manifiesta la audacia del autor y la objetividad que caracteriza a toda esta obra. «… En otros casos nuestra política exterior ha sido equivocada, se ha basado en suposiciones erróneas, ha ignorado las aspiraciones legítimas de otros pueblos, minado nuestra credibilidad y hecho del mundo un lugar más peligroso» .
Hoy, también es hora de pensar en que estas ideas no pueden quedarse en la prosa, en un libro.
El libro luego que lo leí me hizo comprender mejor la estatura valiente y coherente de Barack Obama y me atrevo asegurar que si los enemigos del pensamiento del actual presidente nortearicano leen esta obra con detenimiento le podría servir para aliviar los desatinos y las iras o la envidia hacia el talento del primer presidente negro de USA, que no hay dudas, ha sobrepasado expectativas.
Y la crítica sobre el libro que me ocupa más favorable no puede ser, veamos:
The Washington Post:
«En esta era despreciable y desalentadora, el talento de Obama para proponer soluciones humanas y sensatas con prosa elegante e inspiradora lo llena a uno de esperanza»
En La audacia de la esperanza, el senador demócrata Barack Obama reclama una política diferente—una política para quienes están cansados del agrio partidismo, una política que se basa en la fe, la participación de todos y la nobleza de espíritu que es parte esencial de “nuestro improbable proyecto de democracia”.
En el corazón de este libro está la visión del senador Obama y del hoy Presidente de EE.UU de cómo podemos superar nuestras divisiones para enfrentar los problemas concretos. Él examina la creciente inseguridad económica de las familias estadounidenses, las tensiones raciales y religiosas dentro del cuerpo político y las amenazas transnacionales—desde el terrorismo hasta las pandemias—que se congregan más allá de nuestras costas.
Obama en sus anécdotas acerca de su familia, amigos, miembros del Senado y hasta del presidente, existe un poderoso deseo de establecer conexiones: la plataforma de un consenso político radicalmente optimista .Como senador y abogado, profesor y padre, cristiano y escéptico, y sobre todo como estudioso de la historia y de la naturaleza humana, el senador y presidente Obama ha escrito un libro de un poder transformador.
Al decir The New York Times «Obama es un político distinto…
No hay dudas, es un político y un presidente distinto, así lo confirma el proceso actual de relaciones con Cuba, ha tenido la audacia de llevar a la práctica lo que ha escrito y pensaba. En Panamá dijo Barack Obama “Yo me siento optimista, el proceso que hemos iniciado es una relación distinta entre Estados Unidos y Cuba”.
Y la llegada de Obama a Kenia, es una histórica visita a la tierra de sus ancestros, es escribir con acción el pensamiento de su libro y compartir no sólo con familiares sino con la gente del pueblo y luego en la Cumbre Mundial de Emprendedores (GES), Obama ha intentado lograr dos objetivos: conseguir que los estadounidenses olviden los estereotipos sobre África y que los africanos confíen en un futuro mejor, estamos en presencia de la esperanza que necesita vivir cada día este mundo.
Me atrevo a asegurar que Obama, desafió la historia y lo logró, doblegó la rutina, el odio y los resentimientos, ojalá que Estados Unidos y el mundo puedan contar con Obama en los tiempos y lugares claves por venir, para que las transformaciones puedan verse en la esperanza que todos tenemos. Pero Obama sólo no puede, necesita de oídos y gente receptivas a trabajar con audacia y honestidad.