En Estados Unidos no se honra a los Mártires de Chicago 

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   Desde muy pequeños todos han aprendido que representa  el 1ro. de Mayo en todo el planeta. La clase obrera dentro de los sistemas capitalistas se apresta a manifestar sus demandas laborales y sociales en donde no se han logrado esas conquistas. En naciones libres y soberanas donde la explotación del hombre por el hombre ha desaparecido, se realizan marchas de celebración a los logros de esos pueblos, Cuba entré ellos desde hace más de medio siglo.

A manera de recordación para los más maduros en edad, sobre todo emigrantes y para los jóvenes que no reciben esta información en esta nación en sus escuelas y universidades, tuve que retrotraerme a los estudios y recordar con gran dolor, como ocurra en cada aniversario, que esos hechos sucedidos en la segunda mitad de la década de 1880, donde y cuando se rebelan en una gran manifestación con huelgas, centenares de miles de trabajadores en todo Estados Unidos se suman al llamado de la recién fundada Federación de Organizaciones de Sindicatos y principalmente en la capital de Illinois, Chicago, que lidera esta huelga nacional, que abarcó el paro  total de más de 12 mil centro de trabajos,  es ahí donde los hechos de sangre se desarrollan con mayor saña, aunque en toda la nación la policía abusa de los que protestaban con palos  y disparos a granel.

Allí, en Chicago, se realiza una protesta de decena de miles por la coincidencia medio del alboroto nacional, por el despido masivo de 1,200 obreros de una planta. Muchos miles de todas las razas, negros blancos, débiles y fuertes, unidos  se agrupan en manifestación y los ánimos se suben, cuando de pronto comienza una tremendo aguacero que dispersa multitud quedando solo unos 200 personas en la plaza y es entonces cuando la policía arremete con  180 miembros armados y se da la orden de  disparar contra aquellos  pacíficos seres humanos.    Mueren siete y son muchos  los arrestos en una cacería de brujas como resultado. Un año después mueren en la horca cuatro de aquellos arrestados y condenados a largas condenas de cárcel a otros más.

Como se prueba por la historia estos hechos recorrieron el mundo entero y es así que se dedica esta fecha a la recordación mundial de los conocidos como “Mártires de Chicago”, donde paradójicamente se oculta esta verdad histórica precisamente donde se originó, en Estados Unidos de América. Y como mayor prueba de ello es que al revisar línea por línea al diario más importante de esa capital, en el día de hoy,  el Chicago Tribune, no se menciona algo dedicado a esta luctuosa y a la vez valiente recordación, como otra prueba más de la mordaza imperial sobre la verdad histórica.

En n nuestra Cuba hoy desfilan por las calles en todo el país, centenares de miles de hombres, mujeres y niños, celebrando sus conquistas de todo el pueblo en Revolución.

Terribles imágenes de un desastre.

   No puedo creer que pudiera haber cubanos de pura cepa que no se le estremezcan la vida al presenciar las terribles vistas de parte de la capital cubana, sumida en una desastrosa inundación. Sin olvidar por un solo instante los daños a la agricultura creados por esta devastación. Aquí algunos, aunque escasos, se alegran públicamente de que esto ocurriera en la Cuba de todos.  Tal como se observan los daños de fenómenos naturales de otras naciones que nos lleva de indignación contra la fuerza de la naturaleza, como el reciente terremoto en Nepal, sufrimos hoy de esa misma fuerza combinada de  lluvia en exceso y vientos huracanados que golpearon  a esa amada tierra.

En La Habana, podemos ver como la tragedia invade a miles de personas, con 28 derrumbes parciales de viejas edificaciones, mucha agua saturando  el viejo el insuficiente y muy viejo  alcantarillado,  penetrando en las viviendas y dañándolo todo y calles anegadas con casi un metro de altura  de la marejada de aguas. Vehículos y viviendas inundadas donde se pierde lo material,  pero lo más costoso fueron las tres muertes ocasionadas por esta tragedia. Y algunos heridos además de los miles de damnificados y  evacuados.

Las autoridades no dan abasto con las ayudas muy necesarias y lo más dolorosos es el tener que comenzar desde cero en la mayoría de los lugares dañados y sin poder contar con los recursos para reponer lo perdido. En un país normal de primer mundo estas cosas suceden y siempre sufren penurias los más desposeídos; ahora nos podemos imaginar en nuestra patria de origen donde la mano imperial ha sometido el desarrollo normal que se hubiera logrado sin la existencia de un criminal Bloqueo que ha impedido crear y mejorar  una infraestructura acorde a las necesidades de una nación por más de medio siglo.

Los cubanos dignos de esta orilla nos hacemos solidarios con nuestros familiares y amigos de la isla, con la impotencia que duele no poder impedir lo que ya ha sucedido.

Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.