Honor a nuestra figura continental. 

frase-de-jose-marti

No creo que haya una sola nación que no exponga una estatua o un busto de nuestro Apóstol de la Independencia de Cuba, José Julián Martí Pérez. En esta su patria, las tenemos por cientos en las escuelas, los parques, las calles en fin Martí además de ser nuestro fue de todas las Américas. Hoy precisamente se conmemoran 120 años de  la fecha luctuosa de su  muerte en combate frente al ejército colonizador español.

Martí fue la guía que tuvo que necesitar aquella generación de insurrectos de “Independencia o Muerte”, para lograr una República en Armas, de la cual fue nombrado también Mayor General, por su valor y aporte a la lucha, solo unos días antes de su caída de frente al enemigo.

“El presidente”, como todos le conocían, por serlo de toda la Cuba insurrecta,  después de haber creado un solo Partido Revolucionario Cubano en 1892 del cual fue elegido Delegado General, se encontraba en el grupo de unos 300 hombres en las cercanías de la región de Ventas de Casanova junto al General Masó,  desde donde finalmente se lanza al combate, junto a su ayudante  en la parte conocida por Dos Ríos, al oír los disparos que ambas tropas sostenían,  se escapa de la custodia que le habrían retenido, por órdenes del Generalísimo  Máximo Gómez,   para que no participará en el peligroso enfrentamiento que se llevaba a cabo entonces.

Un tremendo estratega que había organizado esta larga guerra, el escritor, el político, poeta, Licenciado en Filosofía, y después en Derecho Civil, el maestro, el filósofo, el guía que aunó voluntades y allanó diferencias entre los  veteranos del 68 al 78, con los mambises que como él se iniciaban en la lucha armada en el  95, el entrañable compañero de los Mayores  Generales Maceo y Gómez y de todos los combatientes por una Cuba Libre. El excelente orador que sacaba lágrimas de emoción a los presentes cuando de Cuba se trataba.

El americano ilustre, el eterno peregrino por la causa de la libertad de Cuba, recorrió el Continente, desde el frio New York, Tampa, Cayo Hueso, México, Venezuela, Argentina, Santo Domingo, Guatemala, etc., habiéndo estudiado y graduado en la España pomposa y arrogante, donde también estuvo deportado en dos ocasiones. Este gigante cubano,  que sufrio inhumanas prisiones y humillante destierro, le habría escrito una carta testamento de despedida a un amigo entrañable, Manuel Mercado, donde entre muchas cosas que quedaron grabadas para la historia, le señaló la profecía de:  «…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América.” Este hombre único, nos dejó antes de  tiempo a los 42 años de edad.

Algo  muy generalizado entre todos los cubanos por más de un siglo: ¿Qué hubiera sucedido si Martí hubiera estado vivo cuando los yanquis invaden y se adueñan de Cuba en 1998…? La respuesta muchos la sabemos.

   Hoy y siempre honramos a nuestro apóstol en este nuevo aniversario de su caída en combate, con nuestra presencia moral en esa patria de todos los cubanos  de ambas orillas.

Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís