COMENTARIOS DESDE MIAMI
MARQUITO
A través de personas allegadas que practican la abogacía en grandes bufetes en Miami, supe que en el pasado hubo muchos comentarios nada agradables sobre Marquito Rubio. En Miami mucho se rumuraba sobre él y su íntima amistad con el delincuente y ex-representante federal David Rivera de cuando eran compañeros de cuarto en la capital del Estado. Chismes aparte, lo que sí es una realidad indiscutible es que este hombre, que hoy ocupa la Secretaría de Estado de EEUU, es un arribista sin igual, un ignorante y un mitómano empedernido. Lo mismo dice hoy una cosa, que mañana dice lo contrario. Cuando los debates del Partido Republicano para las elecciones de 2016, Trump, el mismo que hoy él adora y adula, le dijo horrores y le puso el mote del «Pequeño Marco», además de barrer el piso con él en aquellos debates.
Marquito, que ha tratado de hacerle daño a Cuba, el país de sus padres, desde mucho antes de llegar al Senado Estatal, ahora sí está en una posición desde donde sí puede hacer daños de verdad. La suerte es que no creo que el Trompoloco, que no lo respeta en ningún sentido, y que lo nombró para seguir humillándolo, le permita que las grandes sanciones que aún faltan por ponerle a nuestra Patria las pueda tomar por decisión propia.
El puesto que hoy ostenta le queda demasiado grande, pero ahí está, como un perrito faldero, obedeciendo todo y tomando muy poca parte en las grandes decisiones. Este hombre está envuelto en odio hacia Cuba y su pueblo y lo hace diciendo que los quiere ayudar. Tremenda perla que es este Pequeño Marquito…