Traducido del Más Allá por Max Lesnik.
Cuando se haga el recuento histórico del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos habrá que mencionar los nombres y apellidos de aquellos cubanos que desde territorio norteamericano en que viven-todos ellos ciudadanos estadounidenses- se convirtieron en piedras en el camino hacia una nueva situación entre Washington y La Habana, algo que sin lugar a dudas es de mutuo beneficio tanto para el pueblo cubano como para el de Estados Unidos.
En primer lugar están los Senadores de origen cubano Marco Rubio, Ted Cruz y Robert Menéndez, los primeros del Partido Republicano y el último Demócrata, seguidos de los Congresistas Mario Díaz Balart, Ileana Ros y Carlos Curbelo, los tres Republicanos de La Florida, acompañados del incoloro Albio Sire Demócrata del Estado de New Jersey, una especie de cachanchán de Menéndez que cuando abre su boca, más rebuzna que habla.
Son siete en total- número simbólico en la Charada China- algo que bien les cuadra, por lo que tienen de sucio en cuanto a su actuación política de todos ellos con respecto a Cuba y a su pueblo. La minúscula pandilla no está sola en el escenario puesto que cuenta con el apoyo económico de ciertos cubanos de dinero que cegados por el odio revanchista y la ambición de recuperar los bienes perdidos en el torbellino de la Revolución de 1959, no cesan en su empeño por entorpecer el proceso de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
A ellos se suman los tres Canales de la televisión Cloaca del sur de La Florida, más El Nuevo Herald en Español que ha querido asumir el triste y sucio papel de vocero recalcitrante de la extrema derecha cubana de Miami.
El reloj sigue marcando la hora. Se acercan las elecciones presidenciales de noviembre del año 2016 en las que todos ellos tomarán partido por el candidato a la Casa Blanca que se comprometa a echar atrás las medidas tomadas por el Presidente Barack Obama en favor de la normalización de las relaciones con Cuba.
Los cubanos de la isla están abrumadoramente en favor del restablecimiento de relaciones y de la derogación de la Ley de Embargo económico contra Cuba. También así piensa la inmensa mayoría del pueblo norteamericano, tanto los Demócratas como los Republicanos. ¿Que les queda entonces a estas piedras que se atraviesan en el camino que conduce a un mejor destino para el pueblo cubano?
Les que el odio. Y con su odio irán a parar al basurero de la historia.
Y hasta mañana miércoles amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.