Las Palomas y los Halcones

Un misil disparado por los iraníes que cayera cerca del Sloroka Hospital Center en la ciudad de Beersheba, causó daños menores en el salón de cirugía y como consecuencia de los cristales rotos por la explosión ochenta personas resultaron heridas ligeramente.

La razón del disparo, según fue publicado por el Washington Post, quien lo explica basado en el comunicado de la Agencia IRNA de Irán, dice textualmente lo siguiente:

“Irán tenía como objetivo el cuartel general de la unidad tecnológica de élite de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y un «campo de inteligencia» en el Parque Tecnológico Avanzado Gav-Yam Negev, a aproximadamente una milla del hospital. Las FDI se han estado preparando para trasladar a miles de soldados que desempeñan funciones tecnológicas a un centro de nueva construcción cerca de ese sitio, según informaron medios israelíes. En 2022 se inauguró una escuela militar de software y ciberdefensa en el parque tecnológico adyacente”.

Estos son los resultados de una guerra que nunca debió comenzar y de la cual la total responsabilidad cae sobre Israel, quien lanzó el primer ataque el viernes 13 de junio de este año alegando que Irán estaba próximo a fabricar una bomba atómica.

Sobre esto hemos hablado, pero siempre es bueno refrescar la memoria.

Es cierto que Irán luego que Trump rompiese el tratado que habían firmado en época de Obama, continuaron procesando uranio. De acuerdo con el Organismo Internacional de Energía Atómica, los iraníes habían alcanzado 60% de enriquecimiento, algo que Irán no niega e insiste que eso no indica necesariamente que la finalidad del procesamiento sea para fabricar bombas sino con fines pacíficos. Pero al margen de este criterio sin dudas dudoso y el de los países que no son amigos de Irán, expertos del organismo internacional insisten que ese nivel es demasiado cercano al 90%, punto de inflexión necesario para construir una bomba. Por esta razón la administración Trump decidió iniciar conversaciones de nuevo, procurando darle una salida pacífica a la situación.

Pero Israel no esperó, porque sabía que los países de occidente lo apoyan, aunque en el fondo no deseaban hacerlo, simplemente porque Irán no les agrada. En realidad este país quedó muy aislado del resto de occidente y otras partes del mundo, desde que Estados Unidos de América en contubernio con la inteligencia británica derribó el gobierno democrático de Mossadegh en 1953, apoyando el regreso de la monarquía Pahlavi. Este desajuste social y político instrumentado por Inglaterra y Washington, ocasionó eventualmente un golpe de estado que instaló un estado teocrático, donde el fanatismo islamita de tradición chiita, ha ocasionado grandes fricciones en la zona, especialmente porque nunca recibieron el trato que los occidentales, especialmente Washington, tuvo con la tiranía de la dinastía Pahlavi. En su contra también han tenido una región que pertenecen a la rama sunita del islam

En fin, que estos accidentes ocasionados por los intereses del llamado mundo occidental quien apoya incondicionalmente a Israel, otro estado teocrático aún más agresivo que los iraníes chiitas, pero que representa y cuida los intereses europeos y estadounidenses en el área, ha mantenido en tensión el Medio Oriente por cerca de 75 años.

Esas tensiones han traído el grave problema que confrontamos hoy, donde Israel está autorizado a matar impunemente a más de cuarenta mil personas en Gaza y disparar contra Irán matando civiles, científicos, dañando centros nucleares en violación de las normas bélicas internacionales establecidas sobre el particular, mientras Irán es tildado de salvaje por disparar a centros militares de alta importancia militar causando daños colaterales como el mencionado al comienzo, como si lo contrario no ocurriese por parte de un rival como Israel que no se ha detenido en asesinar decenas de miles de civiles en Gaza.

Ya sabemos que en todas partes se cuecen habas y por tanto la solución no está en estas acusaciones parcializadas, sino en todo lo contrario: buscar avenidas para una convivencia mutuamente acordada, evitando así injustas carnicerías humanas y sobre todo, evitar las consecuencias que esto pueda traer.

Comencé mencionando la incidental del hospital ligeramente dañado y que al parecer los grandes rotativos no le han dado una exposición catastrófica, pero que al mencionarlos y sobre todo por las redes sociales, todas dirigidas por intereses abanderados, son acusatorios de Irán a quien, siendo la víctima de los sucesos presentes, quieren hacerlo parecer el victimario.

Trump desde su primera presidencia se manifestó crítico de las guerras. Dijo en varias oportunidades que estaba en desacuerdo con solventar cientos de bases militares estadounidenses repartidas por todo el orbe, manifestando que Estados Unidos de América no podía ser la policía del mundo. Pero en esta segunda etapa y en el transcurso de los acontecimientos el errático personaje al parecer le ha agarrado cierto sabor a aquello del “macho man” que siempre han pretendido las administraciones del país.

Su entusiasmo por los poderes absolutos y su egolatría, han hecho que cambie esa mentalidad, optando por la guerra, bombardear, matar, y colocar la bandera estadounidense por sobre los escombros que cubren miles de víctimas inocentes.

Pero eso, entre otras cosas, le ocasiona conflictos internos y seguramente le producirán más problemas en otras áreas. Entre ellas la división dentro del Partido Republicano entre halcones y palomas.

Su lema “América Primero”, la han puesto en tela de juicios seguidores de importancia dentro del Partido como Marjorie Taylor Green, entre comunicadores influyentes como Tucker Carlson e incluso ideólogos de este neofascismo trompista del cual Steven Bannon es uno de los más importantes.

Recientemente Taylor Green representante federal por el Partido Republicano ha manifestado con vehemencia públicamente: “Las guerras, intervenciones y cambios de régimen en el extranjero dejan a Estados Unidos en último lugar, matan a personas inocentes, nos están arruinando y, en última instancia, conducirán a nuestra destrucción. ¿Eso no es una locura? ¿Eso es por lo que votaron millones de estadounidenses? “

En las últimas encuestas, según el New York Times, el 45% se oponen a la guerra, el 25% la apoya y el 30% no está seguro de lo que debe hacerse.

Tucker Carlson en su programa se refiere constantemente a la mala experiencia que el país tuvo con las guerras externas, ajenas a sus intereses, refiriéndose a Irak y Afganistán y en especial a los miles de millones de dólares que han sido necesarios para costearlas, grabando no sólo la deuda pública sino el dinero de los ciudadanos quienes son en última instancia quienes las financian.

Declarar la guerra a Irán conducirá a un conflicto interminable como resultó con Irak y Afganistán. Agravará las relaciones de Washington con los países de la región, con quienes en estos instantes sostiene relaciones cordiales de negocio y diplomáticas. Conducirá a una carrera armamentista dentro del área como ya lo indica la actitud de Turquía cuyo presidente instó hace dos días a aumentar su arsenal de misiles de largo y mediano alcance, considerando que Israel es un estado agresor y por consiguiente deben estar preparados. Turquía, está a solo 928 kilómetros de distancia de Israel y Pakistán, que tiene armas atómicas y se inclina por Irán, tiene una frontera con este país de 909 kilómetros de largo.

A la región sólo le quedan dos opciones: La Guerra o la Paz. La primera es un desastre de duración impredecible y la segunda es un alto al fuego que puede extenderse en el tiempo y dar lugar a cambios en la región que consoliden eventualmente el bienestar de esos pueblos.

Sin militar en el Partido Republicano, digo si pertenecer, porque en los partidos políticos no se milita, entre los bandos internos enfrentados por las veleidades de Trump y el compromiso cuestionable de Washington con Israel, escojo las palomas y dejo los halcones para los cazadores de la Edad Media.

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