La Guardia Nacional de los Estados Unidos que es el más antiguo cuerpo armado de esa nación, surgió en 1636, durante la administración colonial británica y cuenta con una larga zaga de intervenciones en sucesos locales y federales, incluso internacionales.
En 1762, durante la toma de La Habana por los ingleses, como parte de aquellas milicias, George Washington, líder de la lucha por la independencia y primer presidente de los Estados Unidos estuvo encuba.
La Guardia Nacional de los Estados Unidos cuenta con 50 destacamentos, uno por cada estado, los cuales agrupan a alrededor de medio millón de efectivos. Esa fuerza se subordina, tanto a los gobernadores de los estados como al presidente de los Estados Unidos cuando, en situaciones extremadamente graves, así se dispone.
En 1903 como parte de una reforma del estamento militar, las milicias estaduales fueron dotadas de financiación federal y su organización y armamento homologada al ejército regular, lo cual las hizo eficaces y letales.
La llamada “federalización”, es una disposición que convierte a los miembros de la Guardia Nacional en efectivos militares federales, dotándolas de mayor autoridad. Ese hecho suele ocurrir en circunstancias extraordinarias como desastres naturales, grandes eventos, o graves alteraciones del orden público, generalmente locales. Un elemento que ha provocado la intervención presidencial en el mando de la Guardia Nacional son los disturbios raciales.
Así sucedió en Arkansas en 1957 cuando las autoridades se negaron a cumplir el dictamen de la Corte Suprema que declaró ilegal la segregación racial en las escuelas. En esa ocasión el gobernador del estado, utilizó a la Guardia Nacional para impedir la entrada a los jóvenes, ante lo cual el presidente Dwight Eisenhower colocó la fuerza bajo su mando.
Por los mismos motivos en 1962, estallaron violentos disturbios en Mississippi cuando James Meredith, primer estudiante afroamericano en hacerlo, se matriculó en la Universidad del estado, lo cual fue rechazado entre otros por el gobernador. Ante tal hecho el presidente John F. Kennedy envió tropas federales y tomo el mando de la Guardia Nacional de Mississippi para imponer lo dispuesto al respecto de la integración escolar.
En 1965, otra vez el presidente Jonhson federalizó la Guardia Nacional esta vez de Alabama por disturbio raciales asociados al derecho al voto.
En 1967 en Detroit se registraron disturbios raciales que la policía no pudo controlar por lo cual el gobernador movilizó a la Guardia Nacional, federalizada por el presidente Lyndon Jonhson quien también sumó efectivos de las 82º y 101º divisiones del ejército regular. Como resultado hubo 43 muertos.
En 1970, con motivo de protestas por la Guerra en Vietnam, en la universidad de Kent el gobernador llamó a la Guardia Nacional que en medio de los disturbios disparó conta los estudiantes matando a cuatro de ellos.
En 1992 en las protestas ocasionadas por la muerte manos de la policía del afroamericano Rodney King, la Guardia Nacional y tropas federales fueron desplegadas en Los Ángeles. Lo mismo ocurrió en Ferguson, Missouri en 2014 por la muerte de otro afroamericano, esta vez Michael Brown.
En 2005 con motivo del Huracán Katrina la Guardia Nacional federalizada operó en los estados de Louisiana, Florida, Mississippi y Alabama. En 2019 y 2020, durante la pandemia de COVID unidades de la Guardia Nacional se desplegaron en todo Estados Unidos. En 2020 en una protesta a escala prácticamente nacional, con motivo de la muerte de George Floyd en Minneapolis, la Guardia Nacional fue desplegada a nivel nacional.
Un gran evento para la guardia Nacional se registró en 2021 durante la invasión al Capitolio de Washington por miles de elementos violentos leales a Donald Trump para tratar de impedir la toma de posesión de Joe Biden.
Con Donald Trump la federalización y empleo de la Guardia Nacional para imponer políticas federales se ha convertido en rutinaria. Lo primero fue utilizarla para cerrar la frontera sur. Seguidamente lo hizo entre otros, en los estados de Washington y el Distrito de Columbia, California, Tennessee, Oregón, Illinois, Nueva York, Baltimore, Oakland, Texas y localidades de otros estados, lo cual, bajo los términos de la “Ley Posse Comitatus” (Fuerza del condado) de 1778, según tratadistas, puede ser ilegal
Dicha ley data de la época de la Reconstrucción cuando al finalizar la Guerra Civil en ese país, se trató de impedir que el gobierno federal y el presidente abusaran de sus facultades y estableció límites al gobierno federal para el uso del poder militar.
Las actuaciones de Trump al respecto se catalogan de más graves debido a que las acciones de la Guardia Nacional se realizan a espaldas de los gobernadores de los estados, incluso contra sus decisiones y las de algunas instancias judiciales.
Un hecho notable es que el presidente ha comenzado a utilizar la Guardia Nacional de estados gobernados por el Partido Republicano en otros donde lo hace el Partido Demócrata, lo cual según conspiranoicos asoma el fantasma de la guerra civil.
El abuso de los poderes presidenciales y las contradicciones derivadas de la desobediencia de leyes y normas, así como la polémica con gobernadores se ha convertido en un azote de la actual administración que en algún momento puede rebasar los límites. “Tanto va el cántaro a la fuente…” Allá nos vemos.