En EEUU la zozobra tiene nombre y apellido en estas Navidades del 2025

En EEUU la zozobra tiene nombre y apellido en estas Navidades del 2025. Miami lo sabe ante el recrudecimiento de las redadas de ICE. La zozobra es el silencio que cae en una casa de Hialeah cuando el papá sale a las cuatro de la mañana rumbo al car wash y la mamá se queda rezando el rosario completo hasta que escucha el carro regresar.

Es la niña de nueve años que ya no quiere ir al Parque, porque papá dice que ahí agarran a la gente. Es la abuela que guarda el teléfono de la abogada de inmigración en la nevera, al lado de la foto de la Primera Comunión del nieto.

Es el mensaje de voz que circula por WhatsApp a las seis de la mañana: No salgan por la 49, hay migra de ICE en el Home Depot de la calle 8. El miedo ya no es una noticia, es el aire que se respira.

En los grupos de Facebook de madres latinas de Doral, de Sweetwater, de Kendall, todas las noches hay la misma pregunta: ¿Alguien sabe si está tranquilo el ambiente por la 836? Y nadie contesta, porque nadie sabe. En las iglesias, los domingos están medio vacíos. El padre tiene que empezar la misa diciendo: No tengan miedo de venir a la casa de Dios, pero la gente ya no cree ni en eso.

Una señora en Allapattah  cuenta llorando: «Yo soy ciudadana hace quince años, pero cuando veo la camioneta blanca de ICE me tiemblan las piernas igual. Porque mi marido no tiene papeles y mis hijos son de los dos lados. ¿Qué hago si se lo llevan delante de ellos?

Los niños ya dibujan en la escuela camionetas blancas con barrotes en las ventanas. Ya preguntan: Mami, ¿tú también te vas a ir como la mamá de Juanito? Ya duermen con el plan B debajo de la almohada: una mochilita con ropa, el acta de nacimiento y el teléfono de la tía ciudadana.

Eso es la zozobra: vivir esperando el golpe que aún no llega, pero que ya te duele. En Miami, la ciudad que presumia ser la capital del exilio, hoy muchos se sienten más exiliados que nunca… dentro de su propio barrio. Y mientras tanto, la mesa se pone con un plato menos, la renta se atrasa, la cuenta del psicólogo del niño sube, y la Navidad huele más a ansiedad que a lechón. Esto no es política. Esto es dolor con acento. Hay Zozobra y Miedo en EEUU, Miami lo sabe de cerca. Duele el desarraigo que se ve venir y la pérdida del sueño americano para los latinos  y sus familiares  en EEUU. 

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