Traducido del Más Allá por Max Lesnik.
¿Embajador o qué?
Para la extrema derecha cubana de Miami y los que siguen su libreto “Disidente” en la isla, la función de la embajada norteamericana en La Habana es la de convertirse en un instrumento subversivo cuya misión principal en Cuba es la de servir de una especie de “Caballo de Troya” que les de apoyo a ellos para obtener el poder político con un “golpe blando” de revueltas callejeras, después que los métodos violentos como la invasión de Playa Girón, el terrorismo asesino o el Bloqueo económico, no les dieron resultado .
Eso explica la insistencia de los llamados “Disidentes” en que se les invite a ellos a la ceremonia diplomática oficial en la que el Secretario norteamericano de Estado John Kerry elevará a los cielos la bandera de las barras y las estrellas en la sede diplomática de Estados Unidos en La capital cubana el próximo viernes 14 de agosto.
De que se trata de un plan de provocación orquestado desde Miami por la extrema derecha cubana la mejor prueba de ello es que el Senador Republicano de origen cubano Marco Rubio, acaba de enviarle una carta al Presidente Obama en la que en tono conminatorio le exige al mandatario que sean invitados los “Disidentes” a la ceremonia inaugural de la embajada norteamericana en La Habana.
Lo que pretende la extrema derecha de Miami es que el nuevo representante diplomático de Estados Unidos en Cuba, más que un Embajador respetuoso de la soberanía de la nación cubana, sea un procónsul imperial que haga el oficio sucio de “mediador” entre un gobierno con todas las de la ley y unos individuos autoproclamados «líderes” de una fabricada oposición, cuya existencia depende de los dineros que reciben de un gobierno extranjero que les paga por sus servicios .
¿Embajador o qué? ¿Con ley o con trampa?
Tiene la palabra el Presidente Barack Obama.
Y hasta mañana miércoles amigos de EL Duende, que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fria, bambarambay
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