El Papa, Evo y el Che
La ultraderecha, la simple derecha y hasta muchos que no son tan de la derecha no han visto estas fotos. Miami las oculta. Sus controlados medios de comunicación masiva, que juegan el jueguito de la libertad de expresión no quieren que la gente sepan de ellas.
Y son dos simples fotos. En una aparece el Papa Francisco y el presidente boliviano Evo Morales. Ambos sonrientes, estrechándose las manos. Llevan grandes sombreros con el nombre de algo del futbol. El Papa viste el blanco impoluto de su atuendo religioso. Evo Morales se abriga con un jacket abierto gris azuloso.
Abrigo que es el problema, aunque es un simple jacket que a lo mejor lleva en el cuello interior una pequeña etiqueta que dice made in Blangadesh. Pero Miami no quiere ver y aceptar lo que el mundo ve y acepta con naturalidad. Se fríen el hígado en su millón de veces recalentado aceite que no es de oliva, sino de veneno contra Cuba o cualquier gobierno o hecho progresista que aparezca en el mundo. Denigran o se burlan. Nunca son objetivos. La buena paga hace que hierven y rehierv en el mismo tóxico aceite ya por más de cinco décadas.
El jacket de Evo Morales, sobre la parte del corazón, mostraba, en diminuta imagen al Che. Imagen, cuasi religiosa, la misma que el fotógrafo Korda hizo el día que Fidel proclamó el carácter socialista de la Revolución en la esquina de 23 y 12 y que es símbolo rebelde que recorre el mundo.
En este caso, el ícono gana connotación especial.Luce nada menos que en la vestimenta del presidente del país donde el Che peleó como guerrillero y fue vil y cobardemente asesinado. Y Evo usaba el jacket frente un Papa, al cual no lo inmutó en lo más mínimo la revolucionaria imagen.
Y es que Cristo fue un revolucionario que acompañado de menesterosos, leprosos y perseguidos, escandalizó al imperio romano con frases como amaos los unos a los otros y perdona a tus enemigos. A los mercaderes los echó del templo a latigazos. El Papa Francisco sigue su prédica. En Bolivia denunció “que el sistema sigue negándole a miles de millones de hermanos los más elementales derechos.” Es claro que el Papa no se refería al sistema socialista cubano, ni siquiera al que inició Valdimir Ilich Lenin en la antigua Rusia de los zares. Apuntaba con su dedo santo al “capitalismo salvaje,” al que así llamó un Papa que lo antecedió, Juan Pablo II.
Peleando contra ese capitalismo salvaje fue que el Che murió en Bolivia, sistema que el Papa Francisco afirmó que “atenta contra el Proyecto de Jesús.”
Si el Papa representa a Dios en la Tierra, Dios dijo también: “Queremos un cambio real, porque este sistema ya no aguanta,” y agregó que “los más humildes, los explotados pueden hacer mucho. Me atrevo a decir que el futuro de la humanidad está en gran medida, en sus manos.” Se refirió a la necesidad de tierra, techo y trabajo, los cuales “son derechos sagrados, y vale la pena luchar por ellos.”
Explícito fue cuando dijo: “Este sistema ya no aguanta más. No lo aguantan los campesinos, los trabajadores, las comunidades, los pueblos, y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana madre Tierra.”
Lo dicho por el Papa Francisco era mucho para el Miami reaccionario, para la pléyade de bien embilletados periodistas y políticos que laboran o se lucen en Radio Martí y en el resto de emisiones radiales y televisivas. Gustosos y vociferantes lo hubieran crucificado en la Calle Ocho, más cuando agregó:
“Nuestra fe es revolucionaria porque nuestra fe desafía la tiranía del ídolo dinero.”
Pero ver para creer.
Veamos una de las fotos que Miami soslaya. El Papa Francisco estrecha la mano del presidente boliviano Evo Morales. Ambos sonrientes. El Papa sin inmutarse en lo más mínimo por el guerrillero internacionalista, cubano-argentino, que Evo llevaba sobre el corazón.
En otra foto el presidente boliviano obsequia al Papa con lo que Miami considera herejía, mal gusto, brujería, irrespeto, sacrilegio, soberbia, ignorancia o cualquier otra palabra infame.Le regala, según Miami, nada menos que “un crucifijo comunista.”
Pero el rostro satisfecho del Papa muestra lo contrario de lo que desearían los medios de esta parte del sur de La Florida.
Y es que el crucifijo comunista es réplica de una talla que el sacerdote jesuita Luis Espinal Camps realizó en la década de los 70 para expresar la unión del mundo cristiano con las ideas marxistas. Espinal, que además fue cineasta y periodista, fue asesinado en 1980 después de ser torturado durante horas por agentes paramilitares. Entonces dirigía el semanario izquierdista «Aquí.»
Y el miércoles 8 de julio, antes de reunirse con Evo Morales, el Papa Francisco oró por Espinal frente a las montañas en la que fue hallado su cuerpo con 12 balazos.
El reaccionario Miami dirá como siempre lo que le venga en gana, aunque el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, afirmó que el Papa no manifestó reacción negativa al obsequio.
Vean la foto. Observen el rostro del Papa en el momento de recibir el obsequio. ¿Acaso su expresión tiene algo que ver con lo que se vocifera enMiami?
Fotos aparte, las palabras del Papa hacen pensar que un dolorido y humilde fantasma sigue recorriendo el mundo y que la necesidad de los cambios o revoluciones a favor de los pobres no son mera ilusión, pues al sistema actual hay que cambiarlo. ¿Cómo? La historia dirá.
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