A 35 años de distancia

Escuche el Audio

Un día como hoy hace tres décadas y media, el 22 de abril de 1980, sale una de esas “bolas” típicas cubanas, verificada por una breve nota en la primera plana del diario Granma en la capital cubana. Más o menos así decía: “Cubanos residentes recién llegados en embarcaciones desde la Florida, E.U., han solicitado que se les permita llevarse de regreso algunos familiares y personas de la Embajada del Perú. El pedido fue plenamente complacido…”.
Desde hacía solo unos días se habían desarrollado acontecimientos muy sensacionales en esa cede diplomática en la 5ta. Avenida de Miramar. Un ómnibus robado por unos individuos, irrumpe y rompe la puerta del lugar y en la escaramuza muere de un balazo uno de los guardias que la custodiaban. Esto produce una respuesta del Gobierno Revolucionario solicitando que se devuelvan a los causantes del problema. La embajada responde negativamente y es cuando el líder Fidel Castro, ordena retirar la custodia a esa cede diplomática.
Esto provoca una invasión de más de 10 mil personas en esos predios peruanos en cuestión de poco tiempo. La situación se prolonga por varios días y se hace a su vez insostenible, ya que no había espacio material para tantas personas. El gobierno responde a una solicitud del Embajador, sobre ayuda de alimentos y atención a la salud que ellos no podían suministrar y fueron satisfechos en gestión humanitaria y a través de las cercas del lugar se brindan comestibles y agua potable y se instala una posta de salud que atiende a los casos de enfermos.
Al pasar de días se comienza a brindar salvoconductos oficiales para los que quieran salir de la Embajada, puedan hacerlo sin esperar represalia alguna y poder aspirar a marcharse a través de las embarcaciones que empezaron a fluir desde las costas de Florida. Así llegó a vaciarse ese lugar, quedando solo los implicados en la violenta entrada forzada a la cede. A ellos no se les otorgó salvoconductos pues estaban pendientes de ser llevados ante la justicia por su delito.
Esta operación fue aceptada por el gobierno de entonces presidente de Estados Unidos, James Carter. Durante cinco meses hasta mediados del mes de setiembre el Estrecho de la Florida es surcado en ambas direcciones por miles de lanchas, yates y algunos barcos de pesca. Estos cargaban a los solicitados y otras personas más que desearon irse del país en esa operación marítima.
El asunto se convirtió en un negocio para los “lancheros y barqueros” que llegaban a cobrar hasta $ 5 mil por cada “reclamado” para viajar, fuera o no de los de la Embajada del Perú. Familias miamenses se empeñaron y hasta sus propiedades para traer a sus familiares y amigos.
Hubo una mancha para esta época. En toda la isla a su vez se formaban grupos que realizaban violentos actos de repudio a los que se identificaban como posibles viajeros. Aunque también los hubo que criticaron con mucha fuerza estas feas escenas. Todo pasaba hasta que la temporada ciclónica en pleno apogeo, amenazaba las aguas entre ambas orillas y se suspende definitivamente esta peligrosa maniobra, para evitar así posibles víctimas. Corría a mediados del mes de setiembre, quedando algunos barcos en el Puerto del Mariel que regresaron más tarde vacíos.
Un total de más de 120 mil emigrantes llegaron a Key West y allí se les tramitó con los “derechos” que les daba la criminal Ley de Ajuste Cubano, brindándole legal asilo político.
Después de 35 años transcurridos hoy la mayoría de ese grupo se ha establecido y creado su propia identidad entre lo que se conoce como “después del Mariel”, marcando así la diferencia entre el viejo y reducido exilo de batistianos y esbirros, seguidos por otros con aspiraciones de mejorar sus vidas laborales y de subsistencia pero repeliendo al gobierno de la isla y las nuevas generaciones que siguieron a ese 1980, hasta los días de hoy. Esto ha creado una especie de nueva generación de cubanos en estos largos años transcurridos desde el marielazo hasta los días de hoy.

Ni Rubio, ni Bush, ni Cruz, ni….

La gran prensa de Estados Unidos parece que se está uniendo para respaldar a la candidata del Partido Demócrata, la ex Senadora, ex Primera Dama y ex Secretaria de Estado, la brillante abogada Hillary Clinton – buen currículo – para la presidencia del país en las elecciones que se celebrarán dentro de menos de dos años.

Según las nuevas revelaciones los diarios New York Times, Washington Post, la cadena de televisión Fox News, desde ya se encuentran en contra a los republicanos Jeb Bush, Marco Rubio, Ted Cruz y otros y los que quedan aún por definirse contrarios a la Clinton.
Cuando se habla de estos específicos medios poderosos, se puede pensar que “la prensa” parece estar respaldando a la alternativa demócrata desde ahora. En otras palabras “la prensa” votará por Clinton.
Ahora bien ¿ por qué esto sucede así ?. Pues estos individuos están hablando de lo mismo y contra todas las banderas, como si fueran cotorras amaestradas. Nunca apoyan algo razonable ni proyectos demócratas o más bien justos, de emigración, de salud, del medio ambiente, mejoras laborales y salariales, nada que se preste a ayudar a los menos favorecidos. El discurso es viejo inclusive el anti Cuba ya les queda muy estrecho de talla. Siguen a sus impulsos por inercia no por lógica. Parecen que no se han enterado que ya pasaron las épocas de George W. Bush y aún más atrás.
Ya hace seis años que la correlación de fuerzas ha cambiado para bien. Si vamos a las viejas estadísticas nos encontramos que la Florida, por ejemplo, tenía el 70 % de afiliados a los republicanos y ha bajado hoy a solo la mitad de los electores, o sea el 50 %.
El versito anticubano de los candidatos se basaba en que iban a ayudar a «complacer» al pueblo de Cuba en buscar e imponerles la “verdadera democracia” y resulta que ese pueblo del que tanto hablaban y aun lo hacen, de acuerdo a encuestas, el 97 % apoya el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos por que creer que le beneficiará. Todo lo contrario que pregonan estos candidatos que aseguran que torpedearán lodo lo que se está realizando con Cuba.
Si desean caer bien con los cubanoamericanos, se llevarán un chasco ya que la inmensa mayoría está a favor a los arreglos que se están trabajando para mejorar los contactos entre ambas orillas. Ya son muchas las visitas oficiales y de importantes empresarios que constantemente están en La Habana conversando. Todos saben que estos tienen mucho peso en la política norteamericana y la echarán a andar cuando llegue el momento electorero.
Creemos firmemente junto a muchos otros en el país, que estos jóvenes de Cruz y Rubio junto al medio tiempo de Bush, tienen el reloj parado hace mucho tiempo y no lo quieren echar a andar. Allá va eso.
Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.