“Cuba-Nostalgia”
Este pasado fin de semana se llevó a cabo en Miami un evento que con el nombre sugestivo de «Cuba-nostalgia”, sirvió sin proponérselo sus organizadores- el objetivo real de ellos era ganar dinero- para evidenciar de manera palpable cuán lejos está la derecha cubana del sur de La Florida de la realidad del mundo en que vivimos.
Insisto en el tema porque en mi opinión parece ser que en Miami todavía hay gente que no se ha dado cuenta de que a partir de la decisión de los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos de reanudar relaciones diplomáticas el juego anterior ha terminado para dar paso a una nueva era en la que a pesar de que hay diferencias grandes por resolver entre La Habana y Washington , sin embargo las cosas de presentan bien distintas, por lo que a un nuevo escenario también los actores en la escena tiene que adecuar sus tácticas y retoricas de acuerdo al nuevo momento en que se vive.
Si prestamos atención a lo que dicen los funcionarios de origen cubano, ya sean legisladores federales o alcaldes y concejales municipales del sur de La Florida, todos ellos sin excepción, hablan y actúan como si nada hubiera ocurrido el pasado 17 de diciembre cuando se anunció la decisión de los gobiernos de Estados Unidos y Cuba de reanudar sus relaciones diplomáticas interrumpidas por más de medio siglo.
El centro del espectáculo “Cuba-Nostalgia” fue la reproducción en tablas, cartón y papel maché del cabaret Tropicana, circa 1958, como si los años no hubieran pasado y todavía el dictador Fulgencio Batista estuviera desgobernando a los cubanos desde el antiguo Palacio presidencial de la Avenida de las Misiones.
¿ Es que no se dan cuenta estos delirantes trasnochados de “Cuba-Nostalgia” que el que quiera ir hoy al cabaret Tropicana, al de verdad, al de los arcos de cristales bajo las estrellas en este año 2015 del siglo XXI , puede hacerlo tomando un vuelo directo a La Habana sin tener que soñar en Miami con una realidad de un pasado que está a menos de una hora de distancia?
Digo esto porque sirve de manera cabal para demostrar cuán lejos viven de la realidad cubana de hoy de esos trasnochados que viven en Miami empeñados en recrear un pasado como el de un cabaret Tropicana de cartón, cuando el Tropicana de verdad está apenas al cantío de un gallo como diría un guajiro de tierra adentro.
Para decirlo de otra manera. El tren hizo una parada obligada en Miami en espera de que algunos pasajeros se montaran con destino al futuro. Ninguno de ellos lo hizo y el tren siguió su marcha con el vagón de Miami vacío. Y así la vida sigue su agitado curso. Y ahí se las dejo y los pongo a pensar.
Y hasta mañana martes amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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