Corto y preciso
Traducido del más allá por Max Lesnik.
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Me escribe un asiduo lector de El Duende para decirnos que de un tiempo a esta parte lo que escribimos en este espacio de Radio-Miami apenas llena una cuartilla de 25 líneas, algo que al leerse solo toma unos tres minutos escasos. Y me pregunta el oyente-lector, si acaso El Duende está ya muy viejo y cansado, sin ánimos para teclear en la computadora largo y tendido, como lo hacía tiempos atrás.
Me imagino que tal inquietud no solo sea preocupación de este amigo lector que me escribe, por lo que le daré respuesta a todos aquellos que se preguntan el porqué de mi brevedad al expresar mis puntos de vista, cuando hago uso de mi espacio cibernético en Radio-Miami.org
No es cuestión de cansancio ni mucho menos de vejez lo que me ha llevado a escribir corto y preciso, sino todo lo contrario. Es que los Duendes también tiene que incorporarse a los nuevos tiempos en los que la tecnología digital de las comunicaciones por Internet, nos obliga a la síntesis y la brevedad si es que pretendemos que alguien haga caso a lo que nosotros decimos.
Hay que entender que con esto de los “Twitter” por los teléfonos celulares, estamos regresando sin darnos cuenta al lenguaje que empleaban los hombres trogloditas de la cavernas ,o a la manera de hablar de Tarzán el hombre mono, al comunicarse con Juana su compañera.
“Tarzán ama Juana. Chita contenta. Tantor bravo. Hummmm”. A eso hemos llegado. Hablamos y escribimos en el lenguaje de telegramas. Corto y preciso para ahorrar tiempo y palabras. ¿Tiene eso explicación racional? Nos dicen que estamos en la posmodernidad, por lo que para la juventud de hoy, los Shakespeare y los Cervantes son personajes de un remoto pasado del que nadie quiere acordarse.
Y como El Duende quiere seguir con vida, en un mundo donde según los genios introvertidos que lo han inventado, mientras menos se escriba y se hable, será mejor. Yo no estoy de acuerdo con eso pero hay que incorporase a los nuevos tiempos si es que queremos que se nos tome en cuenta. Lo otro es la muerte intelectual.
Por eso es que El Duende escribe ahora corto y preciso, para poder sobrevivir en un mundo de genios autistas introvertidos, aunque tengo que decir, como en las coplas de Jorge Manrique en la muerte de su padre : “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
Y hasta mañana amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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