Conveniencia

Retraso por conveniencia

    Ya suman nueve los candidatos a las primarias republicanas para aspirar a ser nominado el único que representará esa ala partidista para la alecciones presidenciales del próximo año. Al parecer la bola pica y se extiende, aun falta por decidirse el décimo, que se mira  como el puntero más importante por  definirse, Jeb Bush –  el hijísimo y hermanísimo – ex gobernador por ocho años del estado de Florida. No vamos a tratar de revisar su expediente ni de polemizar si es o no bueno para ese destino,  ni compararlo con los demás, solo nos interesa destacar una duda que no viene asaltando hace algún tiempo.

Otros se han lanzado al ruedo tan rápido como sus deseos y asesores les movieron a hacerlo, no así es al caso de Jeb. Pero ¿ Por qué sucede esta larga aparente indecisión, cuando todos y su tía saben que se postulará (“no matter what”, como dicen los yanquis)  y no hay marcha atrás ?

Pues bien, rebuscando entre razones y excusas encuentro algo curioso. Solo podría darse una explicación, quizás no una justificación. Anteriormente hasta hace unos años, había límites para donar a un candidato presidencial o de otros niveles. De ahí para acá la cosa funciona de la manera siguiente.

Las donaciones individuales de personas jurídicas o empresas están limitadas así: $ 2,000 en caso de candidato a la presidencia y $ 1,250 a un senador, etc. Pero en todo esto hay un truquito y se trata de los Comités de Acción Política (PAC y Super PAC) por Partido, que  no tienen límites en sus recaudaciones individuales, las cuales pueden después ser “re-donadas” o reasignadas  a un candidato específico para su campaña sin límites.

Aquí está el detalle, como decía nuestro continental Cantinflas. El señor Jeb se encuentra en campaña permanente recaudadora de fondos para “su partido” y no para su persona,  pues aun no se ha definido oficialmente. De esta forma los millones pueden llegar a mucho más y rápido también, en espera de que  cuando se defina, pueda disponer de una gran puerta de bóveda bancaria, mucho mayor que cualquier otro candidato. Recuerdo que cuando Romney y Obama se enfrentaron, sus fondos eran de una altura inimaginable pues usaron esta estrategia entonces.

Así las cosas mientras más demore Jeb  Bush la oficialización de su candidatura, con mucho más podría contar para sus campañas políticas, que en los casos de “presidente” cada vez se rompen records anteriores de recaudación.

No olvidamos que lo que más amenaza a la “famosa” democracia (yanqui), es precisamente la financiación de las campañas electoreras, en  cualquier nivel.

Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.

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