Consulado

Traducido del Más  Allá por Max Lesnik.

Un Consulado en Miami 

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Es de toda lógica afirmar que si en la ciudad  de Miami  existe  el mayor conglomerado de  cubanos  residentes en Estados Unidos, sea en esta  ciudad  y no otra en la que  se abra el  primer Consulado cubano, una vez que queden restablecidas las relaciones formales entre Washington  y La Habana el próximo lunes  20 de este mes  de Julio.

Hay por supuesto quienes  dicen  que  en Miami  no puede  permitirse  el establecimiento  de  una sede  consular  cubana, como  si esta ciudad no estuviera regida por  las  leyes  federales  de  la  nación  norteamericana sino por  los  extremistas cubanos  de  derecha encabezados  por  el terroristas  Luis  posada Carriles y aquellos que todavía  viven  en el pasado ligados al  batistianismo recalcitrante  de  los  Díaz  Balart y compañía.

De lo que si estamos  seguros es  que  mas temprano que tarde tendremos un Consulado  cubano en Miami. Y a propósito  de ellos  viene a bien traerles a los  lectores  y oyentes  de El  Duende  una  historia muy curiosa que tomamos  de  la  Internet sobre la casa “embrujada” llamada “Villa Paula” en que  se alojaba el Consulado  cubano  de Miami hasta el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La  Habana en los  primeros días del año 1960.Dice  así :

“Villa Paula” situada en la zona del “Pequeño Haití”

“ Villa Paula es una magnífica mansión de 1920, de estilo neo-clásico, con un distintivo sabor cubano en su diseño y decoración interior. Cuenta con diez habitaciones, dos baños, techos de 18 pies de alto, baldosas y columnas toscanas pintadas a mano. La Villa fue construida con ladrillos amarillos, y estuco blanco importados de Cuba. La Mansión está ubicada en el corazón de Little Haití, en el 5811 de North Miami Avenue, en Miami, Florida.

Villa Paula fue construida en 1925 para ser sede del primer Consulado de Cuba en Miami, por el Oficial Consular Superior don Domingo Milord, y su esposa, Paula, cuyo nombre se le dio a esta mansión; seis años después de que la feliz pareja se trasladó ahí, Paula murió por complicaciones tras la amputación de una pierna.

El residente siguiente de esta casona fue Reardon Muriel, que vivió en ella durante más de 30 años. Después de tener una variedad de propietarios, la Mansión se convirtió en un ancianato. En 1974, la mansión ya se encontraba en mal estado y se había convertido en un hogar para vagabundos. Afortunadamente, se rescató Villa Paula mediante la compra de la propiedad, por parte del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. Luego de invertir miles de dólares en la restauración de esta mansión, se logró recuperar su grandeza original.

Al poco tiempo de su restauración, se descubrió que existía más de una manifestación paranormal en la Mansión:

Constantemente llaman a la puerta de entrada de la mansión, de forma intermitente, para luego no encontrarse a nadie quien lo provoque.

Existe también una «personalidad espiritual» que odia a los gatos. Tres gatos domésticos han sido asesinados deliberadamente por una puerta de hierro que los golpeó. No había viento para que la puerta golpeara casualmente a los gatos, por lo que se cree que una presencia invisible esperó el momento en que un gato pasaba por la puerta, para luego cerrarla violentamente, como una trampa (se sabe que uno de los antiguos propietarios, Reardon Muriel, realmente odiaba a los gatos, ¿será él?)

La puerta de la habitación que perteneció a Paula tiende a cerrarse también violentamente, según un anciano vecino de la Mansión, Paula en vida acostumbraba hacerlo cuando  ella interpretaba melodías en su amado piano.

Se suele oler un fuerte aroma de café cubano proveniente de la cocina, así como el olor fragante de las rosas en el comedor, durante la temporada cuando las rosas no están en flor. También se ha oído sonidos de tacones altos en el camino de piedra en el patio trasero de la Villa.

Además, en el pasillo que da a las habitaciones, se ha llegado a ver a una mujer de apariencia cubana, de pelo negro recogido en un moño, y que recorrió el pasillo silbando alegremente, luciendo un vestido de cuerpo entero,… pero notándose claramente que tenía sólo una pierna, antes de que se esfumara en el aire,…

Algunas de las manifestaciones de la villa han demostrado ser agresivas: en una oportunidad, al parecer un fantasma «habría tenido una rabieta2, ya que tiró todos los platos y cubiertos por toda el área de la cocina. Además, una araña del porche de repente se soltó inexplicablemente, y se estrelló en el suelo.

En una sesión de espiritismo, realizada en 1976, celebrada por un ministro espiritualista, reveló que no sólo Paula se manifiesta en la Mansión, sino también otros 4 espíritus más:

Según el espiritista, Paula era demasiado tímida para decir quién era ella, pero dijo que ella amaba a moler el café colombiano, que adoraba a tocar música de «Carmen» en el piano, y poniendo rosas alrededor de la mansión, como le gustaba el olor de ellos.

También se percibió un hombre delgado, que llevaba un sombrero de copa, una señora bastante pesada, que lucía un vestido rojo, una mujer llorando porque estaba preocupada porque había perdido una medalla en el jardín, y había ahí el espíritu de una mujer joven, muy desdichada, que estaba buscando el lugar de sepultura de su hijo ilegítimo, que se encontraría sepultado en algún lugar o cerca del recinto de Villa Paula. Tal vez había sido criada en la Villa, o habían vivido en las inmediaciones.

La villa quedó libre de avistamientos, ruidos y disturbios por algunos años, después de la sesión de espiritismo 1979, lo que calmó los ánimos y permitiendo lograr vender la mansión.

Sin embargo, en los ’80 ‘s, la actividad fantasmal volvió con fuerza, incluyendo actividad poltergeist y las apariciones de Paula,… además, los gatos volvieron a ser liquidados por la infame «puerta de la muerte». En 1989, The Miami Herald nombró a Villa Paula como la casa más embrujada de Miami. A principios de los 90, la mansión ya no era una residencia privada, convirtiéndose en el consultorio de un doctor, hasta la fecha; esto deja a la Villa en poder de sus habitantes fantasmales durante las horas de la noche, lo que al parecer ha sido un cambio bienvenido por los espectros  que moran en la casa que fuera el Consulado cubano en Miami”.

Hasta aquí esta crónica  fantasmal que aparece en la Internet  en el sitio Web “Mundos Ocultos”. Yo por mi parte les digo que  no creo en fantasmas, pero  de que los  hay los hay.

Y hasta mañana jueves  amigos  de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.

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