Un clásico ejemplo sin alma
Rebuscando entre “google.com” sobre un personaje cubano dentro de la cultura, Vladimir Cruz Marrero, encuentro una entrevista – cuetionario, que le fue hecha por un diario espanol. Este joven que ya cuenta con medio siglo de vida y entre ellos 34 como professional de las tablas y las pantallas chicas y grandes, muestra un tremendo amor por su Cuba, la de todos, pero este no es el falso que asumen hipocritamente algunos remanates en esta orilla, como por solo citar un ejemplo, el oportunista – comentarista – anunciante de trajes caros – dizque experto en cine, etc., etc., Alejandro Rios, sub contratista periodistico dirigido, del diario El Nuevo Herald y otros centros de “sucia distracción política” del gueto cubanomiamense.
Vladimir Cruz posee una trayectoria tanto profesional como humana y después de haber viajado a muchos lugares, recala en esta ciudad de sol y playas pero también de algunos records de todo lo malo que pueda encerrar una gran orbe en Estados Unidos. Recientemente estuvo de visita aquí en acogedora compañía de amigos y eso solo basto para ser objeto de un espacio en la prensa sobre sus declaraciones en el exterior y sobre su persona y sus gustos.
El manipulador Ríos le dedica unas palabritas donde por no ser dichas ni recibidas acorde al versito anticubano que algunos esgrimen al pisar este suelo, la coge con criticar al personaje de “Fresa y Chocolate”, la cual con su decisiva colaboración con “Pichi” logra la calidad de aspirante a un “Oscar” en Estados Unidos en 1994 tomó partes de la entrevista para tratar de malograr su personalidad, incluyendo la inusual critica de un almuerzo criollo en esta ciudad, con afecto brindado al actor, guionista y director de cine, Cruz por su gente.
Como una saeta le lanza que le “gusta Sivio Rodriguez” sin aclarar que le agrada mucho la poesía de sus letras y que siente que “Miami es una ciudad sin alma”, porque la conoce en su interior. No toca sus gustos personales de “ver La Habana en su distancia exacta” desde el otro lado de la bahía, su lugar favorito, como sentido símbolo poético de su amor a la ciudad que le ha dado tanto.
A Ríos no se le ocurrio mencionar que este placeteño, con esposa y dos retoños, que recién comenzara ya su tercera edad, tiene en su haber 27 actuaciones en las escenas al público cubano y al mundo desde que tenía 16 anos de edad. Tambien – y en eso coincidimos mucho – le agrada leer libros en papel y no en las frías pantallas de las computadores, le “gusta sentir su olor y su peso”.
El “Señor de las moscas”, Alejandro Ríos, es un fiel ejemplo sin alma de esta ciudad de Miami, sobre todo cuando no puede hablar bien de un cubano sincero que no le sigue la corriente.
Les hablo “Desde Miami”, Roberto Solis.
Sin opiniones en esta entrada. Deje la suya.