China-Cuba: vínculos de alta calidad
Durante el año 2025 se conmemoran el 65 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Cuba (28 de septiembre); así como el aniversario 80 de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista (3 de septiembre).
Por la importancia de tales sucesos y porque el país asiático es una voz de prestigio en el concierto mundial de naciones, Trabajadores entrevistó al embajador Hua Xin, cuya labor por consolidar los vínculos entre las dos naciones se ha ganado el respeto de la comunidad diplomática asentada en La Habana.
¿Cuánto han crecido los vínculos bilaterales en estos 65 años de relaciones?
Hace 65 años, ante un millón de cubanos en la Plaza de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con China. Cuba se convirtió así en el primer país del hemisferio occidental en establecer lazos diplomáticos con la República Popular China. Fue un hito histórico para las relaciones de los dos países, así como para China y América Latina.
Nuestra especial relación de amistad está definida por la unidad política y la confianza mutua, el beneficio económico, el intercambio cultural y el aprendizaje mutuo que ha resistido la prueba de 65 años de cambios internacionales, y continúa creciendo y desarrollándose, demostrando su gran vitalidad.
El desarrollo de los vínculos de alta calidad entre China y Cuba es inseparable del cuidado personal y la meticulosa mirada que le ofrecieron los sucesivos líderes de ambos países. Mao Zedong, Zhou Enlai, Fidel Castro, Raúl Castro y otras generaciones de líderes chinos y cubanos han dedicado un esfuerzo inmenso al cultivo de esas relaciones.
En los últimos años, los presidentes Xi Jinping y Díaz-Canel se han reunido en varias ocasiones, alcanzando un amplio consenso sobre la contínua profundización de los vinculos en la nueva era. Esto ha impulsado con fuerza el desarrollo de las relaciones bilaterales y las ha llevado a un alto nivel, alcanzando su máximo apogeo histórico.
Se han convertido en un modelo de solidaridad y cooperación entre países socialistas y de sincera asistencia mutua entre las naciones en vías de desarrollo.
Ambas partes presumen con firmeza de ser “buenos amigos, buenos camaradas y buenos hermanos”. Las dos trabajan juntos para construir una comunidad de futuro compartido.
China es uno de los principales socios comerciales de Cuba. ¿Cómo ve las perspectivas en esa relación?
Actualmente China es el tercer socio comercial más importante de Cuba en el mercado de bienes a nivel mundial y Cuba es un importante socio comercial de China en el Caribe. Las perspectivas de cooperación económica y comercial entre ambos países son amplias:
En primer lugar, contamos con una sólida base política para la cooperación económica y comercial. Los encuentros sostenidos entre los presidentes Xi Jinping y Díaz-Canel marcan la dirección y fortalecen la confianza para que ambos gobiernos sigan promoviendo la cooperación económica y comercial bilateral en diversos sectores y a diferentes niveles.
En segundo lugar, los canales comerciales se están expandiendo continuamente. En los últimos años, empresas de ambos países han explorado activamente nuevos modelos comerciales, como el comercio electrónico transfronterizo, aprovechando momentos importantes como la Exposición Internacional de Importaciones de China, la Exposición de Cantón y la Exposición Internacional de Harbin.
Ello ha servido para conectar necesidades y negociar la cooperación. Se han puesto en marcha vuelos directos, de pasajeros y de carga, entre China y Cuba, lo que facilita aún más el comercio.
Según las estadísticas de la Aduana china, de enero a julio de 2025, el valor total del intercambio bilateral de bienes entre China y Cuba alcanzó los 759 millones de dólares estadounidenses, lo que representa un aumento interanual del 73,3 por ciento. Las exportaciones chinas a Cuba se han duplicado en comparación con el mismo período del año anterior.
En tercer lugar, las estructuras comerciales de ambos países son complementarias y sus necesidades de desarrollo están alineadas. China importa, principalmente, minerales, mariscos, tabaco, productos farmacéuticos y alcohol de Cuba; mientras que Cuba importa, sobre todo, equipos eléctricos, maquinaria, vehículos, acero y plásticos de China. De ahí que se haya establecido un patrón comercial de ventajas complementarias y beneficio mutuo.
Al mismo tiempo, las empresas chinas participan activamente en el desarrollo de los sectores de energía, electricidad, agricultura y telecomunicaciones de Cuba, aprovechando sus ventajas industriales y tecnológicas para contribuir a la transición energética, la seguridad alimentaria, la digitalización y la mejora de las condiciones de vida de los cubanos. Las empresas mutuas han llevado a cabo diversas colaboraciones fructíferas en estas áreas y las perspectivas de futuro son prometedoras.
¿Cuáles son las consideraciones y el significado del 80° aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista? ¿Qué lecciones podría aprender el mundo?
Hace ochenta años, bajo el firme liderazgo del Partido Comunista de China, el pueblo chino, tras 14 años de sagrienta lucha y con el enorme coste de más de 35 millones de vidas, derrotó a los invasores militaristas japoneses y logró una gran victoria. Significó el triunfo de la justicia sobre el mal, de la luz sobre la oscuridad, y del progreso sobre la reacción. Fue una victoria para el pueblo chino y para los del mundo.
A propósito del 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista, China celebró una ceremonia solemne conmemorativa para recordar la dedicación y el sacrificio de nuestros antepasados y transformar esa memoria histórica en fuerza espiritual para el presente.
El hecho recuerda la invaluable asistencia y ayuda brindada al pueblo chino por países y pueblos amantes de la paz y la justicia, organizaciones internacionales y otras fuerzas antifascistas de todo el mundo.
Además, evoca dolorosas lecciones de la Segunda Guerra Mundial que aún están frescas en nuestras mentes. La historia no puede retroceder, debe avanzar. El mundo no puede dividirse, sino unirse.
Al reflexionar sobre la historia, no debemos olvidar, en particular, que el regreso de Taiwán a China fue también resultado de la victoria de la Segunda Guerra Mundial y devino componente importante del orden internacional que se impuso en la posguerra.
La comunidad internacional debe aprender lecciones de la historia y oponerse firmemente a toda forma de hegemonía y política de poder.
Los países deben respetar la soberanía y la integridad territorial de los demás. Perseguir intereses personales mediante la guerra y la invasión militar viola fundamentalmente la naturaleza y las exigencias de la civilización humana y es absolutamente intolerable para los pueblos del planeta. Todos debemos valorar y salvaguardar la paz.
China reitera su oposición a cualquier acto que viole los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y que atente contra la soberanía y la seguridad de otros estados. También se opone a la diplomacia coercitiva y reclama a Estados Unidos el cese inmediato del bloqueo y de las sanciones contra Cuba y que intensifique sus esfuerzos para promover la paz y la estabilidad en la región.
Cabe destacar que el 14 de agosto, el Partido y el Gobierno de Cuba celebraron una gran ceremonia en el Palacio de la Revolución para conmemorar el 80º aniversario de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista. Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, asistió al evento. En su discurso, el canciller Bruno Rodríguez afirmó que, sin la victoria de China, la historia mundial sería otra.
En los últimos años las autoridades chinas han presentado un concepto que promueve la construcción de una comunidad de futuro compartido. ¿Cuánto se ha avanzado en la comprensión de esa propuesta?
En el mundo actual, los intereses de todos los países están interconectados, los desafíos globales surgen constantemente y las amenazas a la seguridad, tanto tradicionales como no tradicionales, se propagan. Ningún país es inmune.
Para abordar los desafíos comunes y lograr una paz duradera y un desarrollo a largo plazo, el presidente Xi Jinping propuso el concepto de la construcción de una comunidad de futuro compartido de la humanidad, que se alinea con la tendencia del progreso global, responde a las necesidades urgentes de la comunidad internacional, señala la dirección correcta para mejorar la gobernanza mundial y ha generado respuestas positivas y entusiastas.
Desde que se propuso el concepto, en el 2013, China ha forjado diversas formas de comunidades de futuro compartido con decenas de países y organizaciones internacionales y regionales en disimiles áreas, desde lo bilateral hasta lo multilateral, desde lo regional hasta lo global, y desde la salud hasta el ciberespacio y los océanos. El tema se ha incorporado a numerosas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, así como a resoluciones y declaraciones de foros multilaterales como la Organización de Cooperación de Shanghai y los BRICS, obteniendo un reconocimiento mundial cada vez más amplio.
En América Latina y el Caribe, el concepto se ha consolidado en la práctica. En 2014, el presidente Xi Jinping propuso por primera vez la Construcción de la Comunidad de Futuro Compartido China-América Latina y el Caribe. En los últimos años, el posicionamiento de las relaciones entre China y ALC ha dado un salto.
Entre los 26 países con los que China mantiene vínculos diplomáticos en la región, China y Cuba han establecido la primera comunidad bilateral de futuro compartido del hemisferio occidental; mientras que su relación con Brasil se ha elevado a una comunidad de futuro compartido por un mundo más justo y un planeta más sostenible.
En el futuro, China trabajará cada vez con más regiones y países para promover esta idea que busca contribuir al desarrollo de todos los países y al progreso de la civilización humana.
¿Qué lugar ocupa Cuba para China en el entorno latinoamericano y caribeño?
Las relaciones entre China y Cuba pueden considerarse un modelo pionero para las relaciones con América Latina y el Caribe. Como se mencionó anteriormente, Cuba fue el primer país del hemisferio occidental en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China. La comunidad de futuro compartido China-Cuba es la primera forjada por China con un país de América Latina y el Caribe (ALC).
Estas dos «primeras» experiencias han impulsado, en diferentes momentos, nuevas cotas en las relaciones entre China y Cuba y China y ALC. Cuba siempre ha estado a la vanguardia del desarrollo de las relaciones con China en ALC.
La construcción conjunta de una comunidad de futuro compartido China-Cuba servirá como ejemplo positivo en la región, impulsando aún más el desarrollo de la asociación de cooperación integral China-ALC en la nueva era y sentando pautas de lo que puede hacerse en materia de solidaridad y cooperación entre los países del Sur Global.
Cuba es el punto de partida de las relaciones entre China y América Latina y el Caribe, la cuna del Foro China-CELAC y un puente para las relaciones en el área.
En el 2014, durante la Segunda Cumbre de la CELAC, celebrada en La Habana, se adoptó la Declaración Especial sobre el Establecimiento del Foro China-CELAC. En julio de ese mismo año, el presidente Xi Jinping y los líderes latinoamericanos decidieron establecer dicho Foro, declarando el consenso político entre China y ALC para impulsar la cooperación integral.
Desde su creación, hace diez años, el Foro China-CELAC se ha convertido en una plataforma vital para generar consenso político, impulsar iniciativas importantes, formular planes de acción y evaluar su eficacia. El espacio ha desempeñado un papel significativo y positivo en la profundización de la cooperación entre China y ALC en diversos ámbitos. Estamos dispuestos a trabajar con Cuba para impulsar la cooperación integral entre China y ALC y alcanzar nuevas alturas.
Cuba hizo historia el 28 de septiembre de 1960 al convertirse en el primer país del hemisferio occidental en establecer relaciones diplomáticas con Beijing y reconocer el principio de una sola China. Este gesto marcó el inicio de una alianza estratégica basada en la solidaridad y la cooperación mutua que trasciende lo político y se materializa en acciones concretas de solidaridad.
Este año, al celebrarse el 65 aniversario de esos vínculos, China ha reforzado su apoyo a la isla. En enero donó equipos para la recuperación de grupos electrógenos del sistema eléctrico nacional, en marzo entregó un donativo de 120 megawatts en parques solares, y en junio suministró piezas para reparar una flota de 100 ómnibus en la capital cubana.
Semanas más tarde, la Sociedad de la Cruz Roja China probó su compromiso continuo con el bienestar del pueblo cubano, con la entrega de mil kits de emergencia que incluyen artículos de primera necesidad.
El donativo da continuidad a una tradición de ayuda en momentos críticos donde la Cruz Roja China ha sido un actor clave y ha aportado insumos médicos, alimentos y equipos para enfrentar desastres naturales. Ejemplo de ello fueron los envíos de ayuda tras los huracanes Ike, Gustav y Sandy, así como durante la pandemia de COVID-19 y el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas.
Tales muestras de solidaridad no responden a intereses coyunturales, sino a una política de Estado china que prioriza la amistad con Cuba, como expresó el embajador Hua Xin en la entrega de los mil kits a la Cruz Roja Cubana: “Un amigo en la necesidad es un amigo de verdad”.
EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS
La relación entre los dos países no se limita a la asistencia humanitaria. Según cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública, China es uno de los mayores proveedores de insumos médicos y biofarmacéuticos del sistema de salud cubano. Como si no bastara, la nación asiática fue el tercer socio comercial de Cuba, con intercambios que superaron los 759 millones de dólares estadounidenses el pasado año.
La adhesión de Cuba a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, en 2021, abrió oportunidades en infraestructura y turismo, mientras que proyectos como la construcción (en curso) del Hospital Internacional de la Amistad China-Cuba, en la provincia china de Hebei, reflejan la profundidad de los vínculos educativos y científicos. Vale añadir que esa iniciativa, liderada por la Universidad de Estudios Internacionales de esa región, combina la participación de profesionales cubanos con tecnología constructiva del país asiático.
En el plano político, Beijing es un firme defensor de Cuba ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), exigiendo el fin del bloqueo estadounidense y la retirada de la isla de la lista de estados supuestamente patrocinadores del terrorismo. Esta postura se alinea con la visión de una comunidad de futuro compartido, concepto promovido por Beijing y ratificado durante el intercambio de visitas oficiales de los mandatarios de ambos países.
Entre 2006 y 2009, más de tres mil estudiantes chinos se formaron en Cuba gracias a becas impulsadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, mientras China otorga anualmente 200 becas a jóvenes cubanos.
El componente humano distingue la relación bilateral, como destacó el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez durante un encuentro, en junio pasado, con el representante especial chino Qiu Xiaoqi: “Cuba y China han alcanzado una altura histórica sin precedentes en sus relaciones bilaterales”.
Por ese camino se fortalecen también lazos en los deportes, la cultura y la academia. En abril del 2025, por ejemplo, se publicó el libro Historias de China y Cuba, editado por ex embajadores interesados en preservar la memoria común. Meses más tarde, en junio, la Administración General de Deportes de China y presidente de su comité olímpico, Gao Zhidan, firmó un Memorando de Colaboración con su homólogo cubano Roberto León Richards,
En agosto fue presentado el número 14 de la revista Cuadernos de Nuestra América, que ofrece una mirada exhaustiva a la política exterior de China.
La edición de esta revista, que habitualmente corre a cuenta de diplomáticos y académicos del Centro de Investigación de Política Exterior (Cipi), contó esta vez con el apoyo de analistas chinos y la experticia editorial de la Casa Ruth para entregarnos una publicación que constituye una herramienta para el conocimiento y evaluación de los desafíos globales que enfrenta hoy la humanidad.
Tras seis décadas y media de vínculos diplomáticos, con iniciativas valiosas que van desde donaciones de diversa índole hasta el espaldarazo académico, político y diplomático, China y Cuba han dejado claro que la cooperación Sur-Sur puede ser un eje transformador.
“Estamos unidos en las buenas y en las malas” dijo el embajador Hua Xin en la entrega de los kits a la Cruz Roja Cubana y con ello ratificó que el compromiso se ha convertido en hermandad.