La otra causa, tan primordial o más que la de los gobiernos, ha sido la indisciplina poblacional. La mayor parte de las personas han hecho caso omiso a las recomendaciones de los expertos que, al no existir de inmediato una vacuna para detener la infección, dieron una serie de medidas que los ciudadanos deberían tomar para no ser contagiado con la misma, por ejemplo, usar una máscara, utilizar el distanciamiento social, lavarse las manos constantemente, etc. A falta de la vacuna, estas medidas eran las únicas que podían ser efectivas, pero desafortunadamente, la mayor parte de los ciudadanos se han reído olímpicamente de esas direcciones.
En los Estados Unidos, la ciudadanía le ha hecho caso omiso a los científicos, no solamente en el diario vivir, sino en mayor escala, cada vez que ha habido un feriado y ha habido varios durante estos nueve meses de pandemia, así también durante la campaña electoral que acaba de terminar, donde se veía a las personas amontonadas una arriba de las otras sin importarles las consecuencias. Hasta el momento, hay más de 13 millones de infectados en el país y más de 260 mil muertos
Hoy es el día de Acción de Gracias y el Centro de Control de Enfermedades CDC pidió a la ciudadanía que no viajara a ver a sus familiares. Pues bien, en el día de ayer los aeropuertos del país estaban atestados de viajeros que iban a ver a sus familiares. De más está decir que ese mismo día se implantó un nuevo record de contagiados y muertos: 227 mil contagiados y 2,200 muertos. Lo malo de todo esto es que veremos, en dos o tres semanas, el resultado de estos viajes.
Contra la irresponsabilidad de los gobiernos, algo se puede hacer; contra la humana, no hay nada…