Almagro con “sarpullido anti-cubano tardío”
Al diplomático uruguayo Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos- la tristemente célebre OEA- le ha salido en estos tiempos un “sarpullido anti-cubano tardío”, una especie de enfermedad repentina de la que nunca antes padeció el muy pícaro personajillo cuando era canciller del gobierno del Presidente de su país José Mujica un político excepcional de altos quilates morales quien antes , durante y después de su mandato ha demostrado ser un buen amigo de Cuba y cuyas relaciones políticas y personales con Fidel en vida y con Raúl Castro como Presidente del gobierno de la isla no han podido ser mejores.
Pero el tal Almagro ha demostrado ser bien distinto a Mujica como lo demuestra su oportunismo ramplón que comenzó con su actitud sucia contra el gobierno de Venezuela desde su posición de mandante de la OEA con la finalidad de complacer al gobierno de turno en Washington- que es el que le paga voluminoso salario- para ahora también enfocar su cañones a Cuba haciendo el papel de agente provocador con el montaje burdo orquestado por la extrema derecha del anticastrismo de Miami que intenta armar escándalo con el tema de Cuba con el propósito de llamar la atención de la Casa Blanca en la esperanza de que el nuevo mandatario norteamericano revierta la política de mejores relaciones con la isla iniciada por la anterior administración Demócrata del Presidente Barack Obama.
El señor Almagro que es un viejo camaján de siete suelas, sabía perfectamente que el gobierno cubano no le iba a dar permiso para ir a La Habana en función de “agente provocador ” revestido con el flamante traje de Secretario General de la OEA cuando Cuba no forma parte de una organización que el propio gobierno de la isla ha bautizado despectivamente como “Ministerio de Colinas de Washington”.
Lo que pretendía Almagro no era otra cosa que armar un ruido mediático para denunciar que no lo habían dejado entrar en La Habana porque en Cuba gobernaba una dictadura. La repercusión del tema Almagro y su show no pasó de El Nuevo Herald, el País de Madrid y las emisoras Cloacas de Miami. Poco ruido y menos nueces.
Pero el señor Almagro a pesar que tuvo que meterse el rabo entre sus piernas después de su frustrado viaje a La Habana está por descontado que seguirá en su campaña contra Venezuela y también contra Cuba. Ese huevo quiere sal. Almagro necesita llamar a escandalo para que en Washington le sigan pasando su mesada, no vaya a ser que con los recortes presupuestarios que anuncia el gobierno de Trump, le vayan a cortar la suya. Digo la mesada que otra cosa, su vergüenza, la perdió hace rato cuando dejó de ser canciller del Presidente Mujica.
Les habló para Replica de Radio-Miami su director Max Lesnik.